Ni princesa, ni guerrera

Por no querer ser una princesa que cumple con las expectativas de lo que te dijeron que era ser mujer.
¿Te fuiste al otro extremo?

La mujer guerrera, la que no puede ser vulnerable, la que siempre se tiene que mostrar fuerte y que por lo tanto aprendió a callar sus emociones, a decirle a su corazón que no es seguro sentir y que carga todo el peso de lo que sucede alrededor porque ella sostiene un mundo, una familia, tal vez un equipo. Para ti va dedicado este texto:

“Dejemos de decretar que somos mujeres guerreras"
Aprendamos a vivir en la energía de la mujer que ama y va con fuerza y empoderada pero desde su femenino, desde la vulnerabilidad, el fluir, la nutrición y no desde el masculino; desequilibrado en la competencia, la dureza, la inflexibilidad. 


El Universo escucha lo que dices y haces y si decretamos ser guerreras entonces más y más luchas, llegarán. 

Luchar por: tener una pareja, conseguir un nuevo empleo, salir de una enfermedad, lo económico, por tener balance profesional / personal, etc. Si esto decretas, más experiencias vendrán que nos dejarán con las alas, con el alma y el corazón herido. ¿Eso es lo que quieres en tu vida? Seamos mujeres de luz que vibran en amor y en fluir. ¡Tu vida puede ser más fácil!

La mujer guerrera carga con una pesada armadura en su cuerpo toda su vida, ¿Cómo está tu espalda? ¿hay dolor? Dolor en la espalda, dolor de cabeza, dolor y más dolor. La mujer guerrera desconfía del proceso de la vida, a veces no se siente soportada ni por el amor del femenino, ni por la fuerza complementaria de apoyo del masculino y además no sabe abrirse a recibir. Recibir ayuda, consejos, soporte, cariño, etc. 

Seamos mujeres fuertes, mujeres empoderadas, mujeres de luz, mujeres de amor, pero no más mujeres guerreras, por ti, por todas las mujeres por el planeta que requieren transmutar de la guerra a la paz.

Modificado del texto de Zuhari Mkt
Corrección de estilo: Uṣhās
Ilustración: Tenney Tang 








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